¡Qué vacaciones!
Siempre paso las vacaciones con mis abuelitos que viven en Huehuetenango. El año pasado nos reunimos varios primos, entre ellos Josué, el más grande y bromista.
Todas las noches, antes de dormirnos, Josué nos contaba la historia de don Alfredo, un señor que todas las noches se convertía en murciélago para asustar a las personas. Según decía para transformarse en humano debía zambullirse en el río. Yo no dormía por imaginarme esa historia tan fantástica.
Una noche, hicimos un pacto entre primos y fuimos al río a investigar lo que sucedía con don Alfredo, pero no vimos nada. Al día siguiente, estábamos jugando y chapoteando en el río cuando de pronto algo, empezó a extenderse y a nadar hacia nosotros, como queriéndonos agarrar.
Salimos corriendo y gritando, pues teniamos mucho miedo, de pronto vimos a Josué salir del agua, sin parar de reírse. Comprendimos que todo había sido inventado por él. Solté una carcajada y pensé ¡qué vacaciones!
Verónica Herrera
Adaptación 160 palabras