En la actualidad cuando un niño está por nacer toda la familia está feliz y espera con ansias la llegada del bebé y por supuesto todo en casa se prepara para que esté cómodo, abrigado y seguro.
Pero esto no fue lo que pasó hace más de 2.000 años cuando el niño Jesús nació en un establo de animales, según cuenta la Biblia.
La historia comienza en la ciudad de Nazaret, en lo que hoy es Israel. Allí vivía una pareja, María y José. El emperador romano Augusto ordenó hacer un censo para contar la población de todos los territorios bajo su dominio: cada uno debía inscribirse en el lugar donde había nacido. Y para María y José eso representaba un problema porque en esa época trasladarse 170 kms hasta Belén y con María embarazada era un viaje duro de varios días. Pero que tenían que hacer.
Cuando finalmente llegaron a Belén, María estaba a punto de dar a luz y no había lugar para hospedarse. Lo único que encontraron para pasar la noche fue un establo, junto a un burro, un toro y ovejas. Para el niño armaron una cuna con la paja que servía de alimento a los animales. Y de esta escena surgió la tradición de armar un nacimiento para Navidad.
Cuenta la Biblia que esa noche a algunos pastores de la región se les apareció un ángel enviado por Dios, que les dijo que había nacido un mesías, un rey enviado del cielo para salvar al mundo de sus males.
Del nacimiento del niño Jesús enviado por Dios se enteraron también tres reyes, que viajaron hasta el establo guiados por una estrella brillante que les indicaba el camino: eran los Reyes Magos y cada uno llevaba un regalo para el niños: oro, incienso y mirra. Por eso se celebra el 6 de enero, el Día de los Reyes Magos.
Y en tu casa ¿ya hicieron el Nacimiento?
Fuente e infografía: DPA