Alegría, sorpresa, tristeza, enojo, miedo y disgusto son las seis emociones universales que clasifica la psicología. Sin embargo, el ser humano tiene alrededor de ¡diez mil expresiones faciales para poder expresarse sin palabras!
Un gesto o expresión facial son movimientos de la cara y el cuerpo utilizados para comunicarse de forma no verbal y se clasifican en cinco diferentes tipos, que nos ayudan tanto a manifestar como a ocultar emociones:
- Emblemáticos: se emiten intencionalmente, como cuando se le pide a un niño que sonría y tú sonríes para darle el ejemplo.
- Ilustrativos: acompañan y recalcan la comunicación verbal, como contar que alguien estaba muy enojado y fruncir el ceño al hacerlo.
- Reguladores: sincronizan la comunicación entre el emisor y el receptor.
- Emocionales: expresan el estado de ánimo.
- De adaptación: manejan las emociones que no se quieren manifestar, como cuando pasas los dedos por el pelo cuando estás nervioso.
Curiosa habilidad
Seguro muchas veces has hecho muecas frente al espejo o has jugado con tus amigos a ver quién hace la cara más graciosa y sin duda, alguno de ellos tiene la curiosa habilidad de enrollar la punta de la lengua, bizquear los ojos o mover las orejas y tú, por más que lo intentes, no lo consigues. Esto sucede porque son habilidades heredadas por genes dominantes que transmiten los padres y no son consideradas gestos porque al practicarlas o enseñarlas no comunican ningún mensaje.
¡Aaawwwgh, qué bostezo!
El bostezo es una reacción fisiológica que se puede producir por niveles bajos de oxígeno o por la transición de un estado activo a uno de sueño. Y aunque no es un gesto como tal, el mensaje que transmite puede ser de aburrimiento, cansancio, pereza o poco interés. Algo curioso es que mientras se lee sobre el bostezo uno bosteza y si se observa a una persona bostezar uno también lo hace.
¿Rojo y con temblores?
Ruborizarse o temblar es una respuesta fisiológica a ciertas emociones. Aun así se pueden considerar gestos, pues transmiten emociones como vergüenza, miedo, temor, ansiedad, culpa y hasta enojo. En teatro son gestos que se pueden imitar.
Fuentes: Marie Emmy MacDonald, psicóloga especialista en terapia familiar. Ana Lucía Garzaro, psicóloga clínica.