Endulzarás mi corazón un día
con la miel de tus ojos hecha brisa,
con la miel de tus labios, la ambrosía
de tu aliento, el azúcar de tu risa.
Flechada desde un trino, leve herida
que da al silencio musical garganta,
en el azucarero de tu vida
endulzarás mi corazón que canta.
Rumor de agua que nace entre mis brazos
murmura a tus oídos el lenguaje
en que debía hablarte. Suavez lazos,
después de la mirada que nos ata,
serían las palabras, o el ropaje
de dos que viven del amor que mata.