Rigoberta Menchú Tum
Biografía
1959, nació el 9 de enero en la aldea Laj Chimel de San Miguel Uspantán, Quiché.
Por su situación económica vivió y trabajó junto a su familia en fincas de la costa sur guatemaltca. Más tarde se trasladó a la capital a trabajar.
1979, fue miembro fundadora del Comité de Unidad Campesina CUC. Durante el conflicto armado perdió a su hermano Patrocinio, quien fue secuestrado.
1980, fue incendiada la Embajada de España en Guatemala y su padre Vicente Menchú murió junto a otras 36 personas en ese incidente. Su madre Juana Tum fue secuestrada.
Posteriormente, también perdió a su hermano Víctor. Estos acontecimentos la impulsaron a buscar justicia por medio de la denuncia internacional.
1981, desde joven participó en actividades a favor de los pueblos indígenas. Salió a México por exilio, allí denunció el genocidio en Guatemala y luchó por la dignificación de los pueblos indígenas.
1982, empezó a participar anualmente en las diversas sesiones de la comisión de los Derechos Humanos y en la Comisión de Prevención de las Discriminaciones y Protección de las Minorías de la ONU.
1988, regresó a Guatemala.
1992, ganó el Premio Nobel de la Paz. Se convirtió en la mujer más joven que ha recibido este reconocimiento.
1993, se integró a las Asambleas Generales del Organismo Mundial.
1998, se casó con Ángel Canil y es madre de un niño.
1996, participó en la firma de los Acuerdos de Paz en Guatemala y fue Embajadora de Buena Voluntad de la ONU y la UNESCO.
2007, participó como aspirante a la Presidencia de Guatemala.
Algunas obras
- Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia.
- La nieta de los Mayas.
Premios
1990, Educación para la Paz, UNESCO.
1992, Premio Nobel de la Paz.
1996, Doctorado Honoris Causa, USAC.
1996, Embajadora de Buena Voluntad, UNESCO.
1996, Legió de Honor en Máximo Grado de Comandante (Francia).
1998, Príncipe de Asturias, Cooperación internacional.
Fragmento de su obra
Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia
Yo, no sé, cada vez que cuento esto, no puedo aguantar las lágrimas porque para mí es una realidad que no puedo olvidar.