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¿Cómo se nombran las tormentas y huracanes?
Cada año se da la temporada de tormentas y huracanes que termina afectando a miles de personas en todo el mundo. Estos fenómenos son monitoreados por entidades nacionales e internacionales y se intenta comunicar sobre estos en todos los medios pero, ¿te has dado cuenta que todas las tormentas y huracanes tienen nombres distintos y fáciles de recordar?
Selección de nombres
Buscando facilitar identificar las tormentas, no solo para los científicos, sino para el público en general; la Organización Meteorológica Mundial estableció 12 listas de nombres oficiales para tormentas y huracanes.
Estas listas se dividen en seis para el Atlántico y seis para el Pacífico con nombres distintos en cada una. La lista del Atlántico tiene 21 nombres en orden alfabético aunque se omiten las letras Ñ, Q, U, X, Y y Z; mientras que la del Pacífico tiene 24 nombres. Si llega a suceder que se acaban las letras del alfabeto y hay más tormentas previstas, estas comienzan a nombrarse con el alfabeto griego (alfa, beta, etc.).
Los requisitos principales para los nombres de las tormentas es que sean cortos y fáciles de recordar; además, estos se repiten cada seis años. A pesar de esta regla de repetición, en algunos casos los nombres de las listas llegan a reemplazarse. Esto sucede con los nombres de los huracanes más violentos que causan muchos daños y pérdidas humanas; por respeto a las víctimas, los nombres se retiran de las listas y se reemplazan por otros que comiencen con la misma letra.
¿Cómo surgió la idea de poner nombres a las tormentas y huracanes?
El ser humano busca nombrar todo lo que ve para tener cierta familiaridad y sentirse más tranquilos; y los fenómenos que causan desastres naturales no son la excepción. Durante el siglo XlX y principios del XX estas se nombraban en honor al santo cuya festividad se celebraba en la fecha en que sucedía el huracán.
Al mismo tiempo, a finales del siglo XlX, el meteorólogo australiano Clement Wragge fue el primero en usar un nombre propio para las tormentas. Se considera que comenzó a fijar los nombres según el orden alfabético griego y luego el romano. Posteriormente usó nombres mitológicos y de políticos; aunque finalmente definió utilizar nombres femeninos. Sin embargo, esto no se consideró sino hasta muchos años después.
Buscando sustituir los nombres de santos, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos utilizó un método de letras y cifras para intentar nombrar las tormentas; aunque esto fue muy confuso.
Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, los meteorólogos comenzaron a nombrar tormentas con los nombres de sus esposas; y en los años 50 se definió establecer nombres fáciles en el orden del alfabeto.
En 1953, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos creó la lista oficial de nombres; y la primera tormenta nombrada con este método fue “Alice”. Al inicio, todos los nombres eran femeninos; hasta que en 1979 se incluyeron nombres masculinos comenzando con “Bob”. Desde esa fecha, se alternan los nombres femeninos y masculinos.
Las tormentas y huracanes pueden ser muy leves y apenas perceptibles o causar grandes estragos en muchos países. Sin importar cual sea la magnitud, siempre debemos escuchar las recomendaciones de los expertos y buscar proteger la vida humana. Encuentra consejos para estas situaciones aquí.