Según las diferentes leyenda o películas sobre los vampiros, existen variados objetos y sustancias que se recomienda utilizar por su efecto apotropaico, es decir, por tener el poder que tienen para alejarlos o destruirlos. Entre ellos se puede mencionar principalmente el ajo, la luz del sol, el azufre y objetos sagrados como un crucifijo, un rosario o el agua bendita. Europa por ejemplo, se cree que una rama de rosa silvestre o de espino pueden dañar a los vampiros. Así que si este 31 de octubre tendrás una divertida fiesta de disfraces no olvides llevar algunos ajos contigo para jugarles una broma a tus amigos que lleguen vestidos como vampiros.
Sabías que…
En algunas regiones de Sudamérica, cuando una mujer deja en la casa a su hijo dormido, pone sal y unas tijeras al lado del niño para ahuyentar a vampiros y brujas.
Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la sangre de otros seres vivos para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas nativas, el vampiro es un dios menor que forma parte del panteón siniestro en sus mitologías.
En la cultura global contemporánea, el vampiro más popular es el de origen eslavo, representado por un ser humano convertido después de morir en un depredador chupasangre.
Algunos estudiosos sugieren que el mito del vampiro, sobre todo el que se popularizó en Europa después del siglo XVII, se debe a la necesidad de explicar las epidemias causadas por enfermedades reales que asolaron Europa, antes de que la ciencia lograra explicarlas. Muy interesante, ¿no crees?