La expresión original viene del latín clásico ‘Mens sana in corpore sano’, que significa ‘Una mente sana en un cuerpo sano’ y fue extraída de uno de los poemas satíricos escritos por el autor romano Décimo Junio Juvenal entre los siglos I y II d.C.
Durante esta época las civilizaciones daban un gran valor a la formación intelectual, atlética y espiritual de las personas, es decir que se preocupaban por: mente, cuerpo y alma.
Se calcula que fue en el último cuarto del siglo XIX cuando la expresión empezó a utilizarse con el fin de popularizar las técnicas de gimnasia moderna. En ese tiempo, el concepto se popularizó en gran medida gracias al entusiasmo de Pierre de Coubertin, quien luchó para difundir las ventajas del ejercicio físico y recuperar los Juegos Olímpicos.