La pulga Traviesa
Hubo una vez una pulga traviesa a quien su mamá le dijo: -No brinques tan alto porque puedes caer al suelo y te perderás.
A la pulga le encantaba saltar muy alto porque disfrutaba mucho la sensación del vuelo. Un día saltó tan alto que sin darse cuenta cayó al suelo.
Estaba perdida y asustada porque todo era muy diferente, pero pronto decidió buscar ayuda, saltó muy alto hasta que alcanzó la rama de un árbol y allí encontro un amable perico al que le contó su historia.
-¿Comó es tu casa? -le preguntó el perico.
-Mi casa es un perro café de largas orejas, afirmó la pulga.
El perico le ofreció llevarla, y desde arriba vieron muchos perros y gatos, pero ninguno era el que la pulga describió.
De pronto, divisaron al perro jugando en la fuente de un parque. La pulga realizó un salto largo y llegó al lomo del perro.
Cuando el perro la vio, le dijo: -¿En dónde has estado? Tu mamá te ha buscado, se alegrara mucho al verte.
Como la pulga no decía mentiras, le contó a su mamá lo sucedido y, aunque conoció muchos lugares, le prometió no volverlo a hacer.
Melanie Nicolle Urbina Estrada
Adaptación 198 palabras