La dislexia
Se define como la dificultad que tienen algunas personas para adquirir las destrezas que permiten decodificar e interpretar la lectura. Se manifiesta en el desconocimiento de algunas letras, la confusión de sonidos, los cambios y situaciones de palabras, y las omisiones e inversiones de letras, palabras y sílabas. La lectura es pausada e inexacta y la comprensión es deficiente.
Las personas que padecen este trastorno están sanas a nivel sensorial. Su agudeza visual o auditiva es buena. También poseen un coeficiente intelectual normal o superior. Sin embargo, se frustan porque a pesar de todos sus esfuerzos, no progresan o lo hacen muy lentamente.
La característica principal de la dislexia es una falla en el análisis y en la síntesis de tipo fonológico o visual. Se le llama dislexia visual cuando la persona confunde con la vista las palabras y letras del texto. Se le llama dislexia auditiva cuando confunde los sonidos y escribe mal las palabras cuando le son dictadas. Una persona puede tener uno de los dos tipos de dislexia. Pocas veces se presentan los dos tipos al mismo tiempo y, en caso de que ocurra, se llama dislexia de tipo mixto.
Se debe tener cuidado al indicar que un niño tiene dislexia. Cuando los niños son pequeños y están en proceso de aprendizaje, es común que cometan este tipo de errores. No es hasta que estos prevalecen en tercer grado de primaria, después de dos años de enseñanza de lectura formal y se observe que el estudiante siga presentándolos, que se puede hablar de dislexia.
¿Qué se puede hacer?
· Los padres deben hablar con el maestro de grado para determinar las causas de su mal rendimiento. Si se observan dificultades para leer, es conveniente buscar la ayuda de un maestro especializado para que haga una evaluación sobre lectura y escritura.
· Debe crearse un horario por la tarde y cumplirlo con consistencia y ser pacientes porque le tomará el doble de tiempo hacer los deberes. hay que evitar las burlas y los señalamientos. Es importante realizar juegos entre la familia para que se integre a ella y lo acepten con su ritmo de trabajo. Los juegos de mesa, por ejemplo, desarrollan destrezas como atención, memoria y seguimiento de instrucciones, esto le ayudará en su organización y en el desarrollo de sus destrezas de comprensión de lectura.
· En clase, el maestro debe ubicar al estudiante en un lugar donde se le facilite el aprendizaje. Estar pendiente de recordarle el inicio y el tiempo que durará la realización del trabajo. Marcar puntos de referencia (derecha, izquierda, arriba, abajo). Debe permitirle usar colores para ir marcando lo importante y brindarle ayuda individual cuando lo requiera. Debe evitar, en lo posible, ponerlo en evidencia. Cuando lea frente al grupo, debe ser ensayado con anterioridad, para evitarle confusiones que lo hagan sentir mal.
Si se considera necesario, el docente puede hablar con el director, coordinadores o consejeros para determinar si el grado de dificultad del niño amerita hacer arreglos que le permitan seguir en la escuela, como: permitir que le hagan menos preguntas en los exámenes, que se le lean en voz alta, que se le de más tiempo para resolverlos o bien, que los haga en un salón aparte.
También puede referirlo a un especialista en rehabilitación de lectura para que le ayude a desarrollar sus destrezas de decodificación y comprensión.
Colaboración: Lcda. María Regina Olivero de Campos, Facultad de Educación, Universidad del Valle de Guatemala.