El Himno de Guatemala, considerado el segundo más bello del mundo según el Conservatorio de Milán, surgió posterior a la independencia ya que el país no tenía un canto que fuera completamente representativo de la nueva nación y es utilizado hoy en día como Símbolo del fervor a la Patria y orgullo nacional.

En 1887, la jefatura del departamento de Guatemala, convocó a la población a un concurso para elegir la música de la letra de un himno popular escrito por el poeta Romón P. Molina, resultando ganadora la música compuesta por Rafael Álvarez Ovalle.

Posterior a este primer cambio, en 1896, durante el gobierno del General Reina Barrios, se consideró que el himno tenía diversos defectos, y se acordó convocar nuevamente a un concurso para definir la letra y música que serían el Himno Nacional.

De este concurso, la melodía ganadora fue nuevamente la compuesta por Rafael Álvarez Ovalle pero con una letra inscrita bajo el seudónimo “Anónimo”, que posteriormente en 1910 se descubrió que pertenecía al poeta cubano José Joaquín Palma; definiendo así el Himno Nacional de Guatemala.

A pesar de contar ya con una melodía ganadora en dos concursos distintos y poseer una letra de popular agrado, en 1934, durante el gobierno de Jorge Ubicó, la letra original se embelleció y suavizó por el gramático jalapaneco José María Bonilla Ruano, definiendo de forma oficial el que permanece hasta hoy como el Himno Nacional de Guatemala.