El Imperio romano, que durante muchos años dominó Europa y parte de Oriente Medio, fue muy exitoso gracias a sus capacidades militares. Eran expertos estrategas y conquistadores y tomaban por la fuerza muchos territorios.

Debido a estos sucesos, lograron capturar a una gran cantidad de prisioneros de guerra, que utilizaban como esclavos para los trabajos duros encontrando gracias a esta mano de obra “gratis” su principal fuente económica y de riquezas de cada una de sus provincias.

Cultivaban vid, trigo y olivo, explotaban la sal para la comercialización y practicaban la ganadería con vacas ovejas y cerdos, cosa que también significaba un gran aporte a su estabilidad económica.

Los romanos también explotaron su dominio marítimo para comercializar sus productos y artesanías en lugares lejanos obteniendo grandes ganancias en forma de monedas romanas gracias a ello.

Clases sociales romanas

La sociedad romana se dividía en 3 clases sociales principales:

Patricios: eran las familias antiguas provenientes de la época de la fundación de Roma que conformaban la aristocracia y eran propietarios de tierra. Tenían ciertos privilegios culturales, políticos y judiciales. Constituían el Senado Romano en los inicios, aunque, durante la República surgieron escándalos que causaron que el Emperador fuera el único con poder para elegir quienes entraban a dicho Senado.

Plebeyos: originalmente eran considerados dentro de este grupo todos los que no eran parte de los Patricios, el pueblo, y dentro de este mismo grupo había grandes brechas económicas existiendo los nobles, caballeros y clientes. A través de diversas luchas sociales lograron que los consideran ciudadanos romanos, lo cual les permitió escalar y tener rangos más importantes según sus logros.

Esclavos: no poseían ninguna clase de derecho y normalmente eran prisioneros de guerra. Su destino dependía de su amo. Aunque, estaban a cargo de los trabajos pesados de la ciudad,  muchas veces eran utilizados para “diversión” del pueblo y del Emperador. Se estima que tan solo en Roma pudo haber hasta 300,000 esclavos.

Las familias en el Imperio romano

Los integrantes de las familias también desempañaban un rol específico en la sociedad. Los padres representaban el rol más importante en la jerarquía familiar, eran la cabeza y la autoridad máxima. Las madres, aunque vivían con ciertas libertades, no eran permitidas en asuntos políticos.

Muchas mujeres fallecían dando a luz debido a la falta de medicina y conocimiento. Si esto sucede, el padre debía decidir si regalaba al hijo o lo criaba. Los hijos podían contraer matrimonio a partir de los 13 años si su familia lo decidía y si no fallecían antes debido a enfermedades y pocos cuidados.

Aspectos sobresalientes

La civilización romana destacó por su arquitectura, desarrollada principalmente en el periodo de la República,  que sentó el ejemplo para muchas otras ciudades. Tuvieron muchos avances en la época implicando la ingeniería romana como los famosos acueductos, que significaron un gran beneficio en cuanto a salud pública, ya que permitía a la población tener acceso al agua.

También construyeron un sistema de carreteras de 80 mil kilómetros a lo largo de más de la mitad de Europa y las costas del mediterráneo de África y Asia. Originalmente estas eran para movilizar a las tropas del ejército con facilidad, aunque terminaron siendo usadas para el movimiento de personas e ideas, aumentando el comercio dentro del territorio.

El Imperio Romano logró sobrevivir por un periodo bastante largo debido a su adaptabilidad y la inclusión de aspectos culturales de los pueblos conquistados, cosa que enriqueció y fortaleció su cultura.

Como ejemplos de esto podemos encontrar que tomaron el latín de una región conocida como Latium en Italia, y eso dio origen a muchos idiomas actuales conocidas como lenguas romance, el italiano, el francés, el español y el portugués.

Del pueblo Etrusco, quienes dominaban Italia antes, tomaron su religión, alfabeto y el combate de gladiadores.

Sin embargo, hubo una cultura que tuvo mayor influencia sobre los romanos, y fueron los antiguos griegos. De ellos tomaron aspectos artísticos como las esculturas y parte de la arquitectura (evidenciado en las columnas de las construcciones romanas).

A pesar de todo esto, el cambio cultural más relevante para toda la sociedad romana fue la adopción del cristianismo, con el Emperador Constantino l como principal abogado para la expansión de esta.

Finalmente alrededor del siglo lV d.C. el gran imperio romano cae después de muchos conflictos internos que causaron gran inestabilidad en el imperio. Estos conflictos incluían corrupción política, crisis económica, conflictos de clases, invasiones y amenazas militares.

Aun así, a pesar de que en algún momento parecieron invencibles, Roma pasó a la historia como uno de los grandes imperios de la humanidad y se debe reconocer su habilidad para adaptar cambios políticos, incorporar aspectos de diversas culturas y dominar a sus rivales como características importantes de su éxito.