El agua es un elemento que viaja y se mueve por el planeta y sus organismos, no es un recurso finito (que se acaba) pero tampoco infinito (que no se acaba) sino está presente y aunque cierta parte del agua se pierde en el día a día, la mayor parte pasa por un ciclo sin fin.

El ciclo del agua es un movimiento que sucede de forma repetitiva sin fin en el que el agua pasa por sus 3 estados principales viajando entre los océanos, ríos, lagos y depósitos acuíferos del mundo; se evapora convirtiéndose en vapor de agua, se condensa formando las nubes y finalmente cae a la tierra en la precipitación como lluvia o nieve para iniciar nuevamente el ciclo.

El agua es transportada por distintos elementos incluida la atmósfera, en donde las moléculas de agua permanecen en el aire por aproximadamente 10 días antes de condensarse y convertirse en lluvia.

Los procesos del ciclo del agua son:

Evaporación: Es cuando la energía solar calienta la superficie terrestre aumentando la temperatura general del agua, causando que esta se levante y convierta un un gas llamado “vapor”. Este proceso también sucede cuando las plantas y los árboles pierden agua mediante sus hojas llamado “transpiración”.

Condensación: Parte del proceso cuando el agua ya evaporada se enfría, junta, se convierte nuevamente en agua formando las nubes.

Precipitación: Después de reunir mucha agua condensada esta comienza a caer debido a que es muy pesada para continuar en las nubes y comienza a llover o a nevar.

Escorrentía: Proceso mediante el cual el agua es recolectada en distintos cuerpos de agua moviéndose de forma libre por la superficie terrestre antes de iniciar el ciclo nuevamente.

En este proceso, el agua puede evaporarse e iniciar la condensación; caer sobre vegetación, ser absorbido y posteriormente evaporarse; congelarse en climas fríos en forma de nieve, hielo o glaciares o absorberse en la tierra y formar los ríos subterráneos que de una forma u otra salen a cuerpos de agua de mayor tamaño.