La fuente de los deseos
Había un bosque llamado alegría, porque todos los que llegaban a él se convertían en personas inmensamente felices.
Mauricio y Pedro vivían cerca de allí y escuchaban que las personas murmuraban sobre una fuente de los deseos.
Mauricio quería conocer la fuente, porque pensaba que todo lo que hacía le salía mal. Así que se adentró en el bosque y de pronto empezó a sentirse alegre, tanto que empezó a silbar algunas melodías mientras llegaba. El pensaba que la fuente tenía agua cristalina de color turquesa y que el sonido del correr del agua sería espectacular; posiblemente hasta la fuente podría hablarle.
Cuando por fin llegó a la fuente, esta no era como él esperaba, era un pozo común y corriente. Mauricio decidió pedir su deseo y dijo:
-Por favor, fuente de los deseos, concédeme el deseo de ser inteligente como los demás.
Pedro había seguido a su amigo, y al escuchar a Mauricio, salió detras de un helecho y le dijo:
-Tú puedes ser inteligente, si tu lo crees, porque la fuente de los deseos es tu mente y la felicidad esta en tu corazón.
Mauricio regresó confundido, se puso a reflexionar y dijo: «Yo soy inteligente y puedo demostrarlo».
Desde ese día, Mauricio fue un niño feliz porque confirmó su inteligencia, aprendió a valorarse y confiar en él mismo.
Kimberly Cassandra Sucuqui Estrada
Adaptación 222 palabras