Siete no es igual a trece
Había una vez una tortolita que se miraba en un espejo; ella contaba y contaba sus puntos pues quería tener trece como su mejor amiga.
Otra tortolita le preguntó qué le sucedía, y ella respondió: -Quiero saber cuántos puntos tengo, pero es díficil; debo utilizar el espejo atrás de mí y siempre pierdo la cuenta.
La otra tortolita le ayudó a contar y le dijo: -Tienes siete, pero con un trozo de carbón te haré los otros puntos para que no te veas diferente.
La tortolita quedó muy feliz con su nuevo aspecto y después de agradecerle a su amiga, salió volando. Cada vez que veía a otra tortolita le contaba los puntos y resultaba que unas tenían nueve, otras quince y muchas otras ¡ni siquiera tenían puntos! Y hasta eran de diferentes colores.
Luego de pensarlo bien, pasó por unos helechos y decidió limpiarse los puntos de carbón y luego salión a pasear orgullosa de tener tan sólo siete puntos.
Alejandra Jordán
Adaptación 161 palabras